Con un cuchillo afilado cortamos el hígado en rodajas o mejor lo pedimos cortado por el carnicero. Lo ponemos en un envase, añadimos vinagre y vino, lo cubrimos con una tapa y lo ponemos en el refrigerador para marinar a lo largo de por lo menos 4-5 horas o mejor desde la noche previa. Después drenamos bien el hígado, lo ponemos en un papel absorbente y lo limpiamos.
Ubicamos el hígado en un envase, echamos algo de aceite de oliva, sal y pimienta y añadimos el orégano o el tomillo por los dos lados.
Ponemos las rebanadas en una parrilla caliente y asamos hasta que nuestro hígado se coloree por los dos lados, teniendo precaución de no asarlo demasiado porque se secará y endurecerá y no va a ser jugoso.
Lo servimos instantáneamente, luego de que hayamos echado bastante de limon.